Para cualquier trabajador, reaccionar ante un despido objetivo o disciplinario, que va a suponer un cambio radical en nuestra vista profesional y personal, no es fácil, por ello, el objetivo de este artículo es ofrecer una visión sobre los comportamientos que nunca deben producirse durante la notificación del despido.
Perder la calma
Propiciará que no prestemos atención suficiente a todos los documentos que se nos estén mostrando. Si no leemos con toda la tranquilidad de la que podamos armarnos la carta de despido, finiquito, etc., es probable que no nos fijemos en aspectos esenciales como la fecha de notificación y de efectos del despido.
No remitir de forma inmediata un burofax a la empresa
en el supuesto de que seamos objeto de un despido tácito, a fin de dejar constancia de los hechos y de la fecha en la que se han producido.
Firmar la carta de despido que nos es entregada como conforme
Esta firma va a suponer nuestra conformidad con el despido. Siempre debe firmarse como “no conforme”, poniendo debajo la fecha de notificación. Firmar en este caso no va a significar conformidad, va a tener un valor de simple notificación.
Firmar como conforme el documento de saldo y finiquito de la relación laboral
Tengamos en cuenta que ese tipo de documentos suelen incluir una cláusula que expresa la conformidad del trabajador con el despido del que trae causa dicho documento, teniendo efectos liberatorios para el empresario.
Firmar el finiquito si no estamos seguros de que vamos a poder cobrarlo
Algunas empresas obligan a sus trabajadores a firmar y especificar que “han cobrado en efectivo” antes de realizar el pago. Mucho cuidado con estas conductas porque en sede judicial va a resultar prácticamente imposible acreditar que ese dinero no se recibió.
(a veces se entregan copias) y sin la presencia obligatoria de sello.
Aceptar un certificado de empresa que no sea original,
(a veces se entregan copias) y sin la presencia obligatoria de sello.
No solicitar la presencia del representante legal de los trabajadores
si existe en la empresa, desde el mismo momento en el pretendan hacernos entrega de la carta de despido.
No devolver el material propiedad de la empresa
que hemos venido utilizando durante el desarrollo de nuestro trabajo: herramientas, uniformes, ordenadores, móviles, etc. Con esto lo que estaríamos haciendo es preparar posteriores reclamaciones por parte del empleador que pueden empañar la impugnación de nuestro despido.
Hay que tener mucho cuidado con las reacciones y manifestaciones mostradas mientras nos están notificando el despido,
puesto que podemos estar siendo grabados, sobre todo cuando nos estamos enfrentando a un despido disciplinario.
Guardemos las formas y acudamos a la mayor brevedad a un profesional que nos asesore y guíe a lo largo de todo el proceso.
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